El Daño de la Comodidad
Me preocupa nuestra vida
espiritual. Y que conste que no solo la de la gente que conozco, también la que
no conozco y que asegura mantener una relación personal con Jesucristo. Y no es
que quiera meterme en lo que no me importa, pero, la iglesia es lo que más ama
Dios. Por ella dio su sangre el Unigénito.
Los días que nos tocó vivir son
paradójicos. Hay “mucho” cristianismo, pero el nivel de vida espiritual es
terriblemente bajo.
Me explico:
- Como nunca, tenemos iglesias cristianas.
- Librerías cristianas.
- Películas cristianas en cine, televisión, internet, etc.
- Un iglecrecimiento histórico. Los sociólogos estudian este fenómeno y documentan que, en Latinoamérica, por cada niño nacido, tres se convierten al cristianismo.
- Centenares de congresos al año. Por lo menos en México.
Dentro de una lógica elemental,
esto debería indicar que estamos “mega” preparados para la venida de Cristo.
Pero la comodidad nos ha dañado y lejos de estar preparados, vivimos una vida
sumamente “light”. Por ejemplo, en los Estados Unidos las mega congregaciones
cuentan con todas las comodidades conocidas: Aire acondicionado, amplio
estacionamiento, circuito cerrado, bancas acolchonadas, excelencia musical,
cantantes de conservatorio, acústica profesional en el auditorio, vigilancia,
cafetería, salones de usos múltiples, transporte hasta la puerta de su hogar,
etc. pero… no hay profundidad de vida espiritual: No se lee la biblia, no se
evangeliza, pocos bautizados en el Espíritu Santo. Y si el individuo no quiere
buscar a Dios, ¿de qué le vale asistir a una congregación?
Quien escribe, recuerda aquellos
creyentes que caminaban horas para llegar a una congregación en algún punto
olvidado de la sierra, su poder espiritual en la oración, milagros, expulsión
de demonios era, literalmente incuestionable. Quienes pastoreaban, eran
llamados de entre las bancas propias, no tenían en su conocimiento la teología,
hermenéutica, sociología, la psicología, antropología, comunicaciones, etc.
pero Dios allí estaba con ellos.
El administrador de este sencillo
blog, recuerda cuando con una simple guitarra de madera hecha en Paracho,
adorando al Rey, la gente se acercaba sorprendida por las “voces” de centenas
que cantaban, cuando solo éramos 4 personas adultas y 3 niños.
Los creyentes atravesaban montes
para llegar a un poblado a predicar. Las personas que no sabían leer, tenían su
biblia, con los textos que hablaban de salvación subrayados, para que de esta forma
la gente no salva los leyera. La gente se convertía.
Hoy día se sabe de pastores que necesitan una
camioneta 4x4 porque si no es así, no lo hacen, el uso del GPS y de los
celulares, de la comida en los mejores restaurantes.
Los bautismos eran en intemperie
y en clima en extremo frio, pero los creyentes, anhelaban confesar públicamente
su compromiso con el Rey. En fin…
La comodidad nos ha hecho daño.
La comodidad ha truncado nuestro crecimiento espiritual. La comodidad, es un
caballo de Troya que penetro las murallas del campamento, los vigías, durmieron.
El enemigo nos dio lo que nos gusta. Cedimos. Nos venció. Pero es tiempo de
despertar.
Durante años, creí que no era tan
literal lo que la Revelación anuncia para el momento del Arrebatamiento: Dos
estarán en determinado lugar, uno será tomado y el otro dejado… Recuerdo también la parábola de las 10
vírgenes. Todas durmieron, algunas tenían aceite de reserva. Las que
prefirieron la comodidad del descanso, de no prever aceite. Quedaron fuera.
- La comodidad nos ha hecho daño…
- El caballo de Troya volvió a ganar.
- El atalaya dejo su puesto.
- La torre, está en ruinas.
- El vigía durmió y el que no durmió fue sobornado…
- En dolor, sed y hambre por Su Presencia…
Desde el Exilio...
Comentarios
Publicar un comentario